lunes, 31 de diciembre de 2007
Recomponiendo la realidad : mejor ropa y algo más
Me fui directo a Chile Montaña (http://www.chilemontana.cl/), una tienda especialista en implementos para montaña. Mi percance del fin de semana, no me dejó impávido y decidí que tenía que resolver el cuento con buena asesoría. Tras una conversación de más de dos horas, me nutrí de buenos consejos, aprendí de materiales nuevos, conocí ropa increíble (que me habría sido muy útil de haberlo sabido) y adquirí una tenida técnica completa para hacer frente a mis nuevas aventuras, preparado como corresponde. Salí de la tienda pensando que si hace diez años hubiera necesitado algo como esto, no habría podido encontrarlo, ya que el desarrollo de estas tecnologías es bastante reciente. Me maravillo del ingenio humano que aprende copiando de la misma naturaleza y lo reproduce a voluntad (por ejemplo el pelo de oso polar).
Contento de haber hecho una buena inversión, me fui a recorrer librerías para dejarme seducir por algo nuevo. Encontré un par de títulos, uno ya conocido pero que será un buen regalo para alguien quién, a pesar de su abultada edad, no ha descubierto como fue mortalmente condicionado por sus padres para tener los comportamientos que detenta (de Alice Miller, El drama del niño dotado). El otro libro, también pretendo regalarlo, pero no resistí la tentación de leerlo primero, magnífico, estaba mal clasificado en la tienda, pero por fortuna ya que si lo hubiese buscado no lo habría encontrado. No lo comentaré para dejar el asombro intacto en quien lo recibirá. Me acompañó deliciosamente en el almuerzo que vendría.
Después de esta incursión consumista (al fin y al cabo, hay días que tengo que salir de compras), decidí que el último día del 2007 bien merecía un regalo gourmet, así es que me fui presuroso a mi tetería predilecta, que en realidad es un gran restorán francés, Le Flaubert.
Me instalé en la terraza, adoro las terrazas en verano, para solicitar antes que todo, la carta de vinos. Esta vez, quería disfrutar un vino espectacular y encontré un Pinot Noir Leyda del Valle de San Antonio (gran terroir para esa cepa). Añadí entonces, una deliciosa Corvina Flaubert, un buen trozo de corvina cocinada al vapor, cubierta con una salsa de mantequilla, camarones y cubitos de palta, rociada con toques finos de perejil y acompañada de unas papas cocidas al dente, a las que espolvorée delicadamente con pimienta. Un plato espectacular aunque me quedé pensando que en vez de papas podría haberse acompañado con algo atomatado, quizás un couscous al tomate, en fin, igual estaba delicioso y bien maridado con el tinto que mantuve a buena temperatura en una cubeta con agua y hielo.
De postre, elegí un helado de maracujá, 100% fruta y preciosamente presentado, una maravilla este Sol de Maracujá. Luego, como casi es obvio, pedí un rico té verde perfumado, el Pharaon, pletórico de aromas de papayas, fantástico.
Con mi sistema digestivo trabajando por placer, me fui a rastrear buena música. llegué a la galería El Patio para visitar mi disquería preferida, Kind of Blue. Tras escuchar varios CD's, me regalé un disco del talentoso Pedro Greene, Pebre, un disco antiguo que no había encontrado antes.
Gran día, ahora solo queda esperar el cambio de año. Chao 2007, gracias, lo disfruté mucho.
domingo, 30 de diciembre de 2007
Intentando La Leonera : buen aprendizaje
Este fin de semana, ibamos a intentar subir nuevamente el Cerro La Leonera (justo al lado del Cerro El Plomo), para lo cual nos juntamos el sábado pasadas las 9 de la mañana (por suerte no fue de madrugada esta vez) en Plaza Italia.
Tras una espera mediana, llegamos 8 personas al encuentro. Tres chicas y el resto varones, todos entusiastas deportistas de fin de semana. Esta vez nos embarcamos en un transporte escolar (una metáfora del proceso de aprendizaje, no creen?) y tras un par de horas de viaje llegamos a la parte más alta de La Parva, cerquita del último andarivel.
Allí, tras embetunarnos de bloqueador solar y poner nuestras mochilas en la espalda, iniciamos el largo camino hacia La Leonera.
No bien habíamos pasado el primer gran desafío, un ascenso por un cerro de acarreos desafiante, comenzó a sentirse un viento helado muy fuerte. Nos acompañaron las ráfagas gélidas casi todo el camino, mientras en el cielo se movían presurosas muchas nubes oscuras. Todo me hacía sentir que pasaba algo distinto a mi anterior incursión. Tuve que detenerme para abrigarme, ya que el frío se hacía notar. Me agregué dos capas de ropa y continué la travesía.
Poco rato después, el viento era tan intenso que hasta perdí el equilibrio un par de veces. La visibilidad se disminuyó ostensiblemente por la bruma que pasaba entre nosotros con gran rapidez. Sin amilanarnos continuamos hasta que nos acercamos a la explanada de Cancha de Carreras, en donde haríamos campamento.
No habíamos alcanzado a acomodarnos, apenas armada la carpa con mi cordada (mi simpatiquísimo compañero peruano Clever) cuando se puso a nevar. La verdad se puso muy helado y a pesar que había averiguado (internet mediante) que la isoterma cero estaría a 3.700 metros, no imaginé que el frío sería un gran tema en esta excursión. Estabamos en ese lugar a 4.200 metros de altura aproximadamente, nevando copiosamente y salvo las carpas, nada en donde protegerse.
En menos de una hora, el frío ya me hizo sentir insignificante, pues todo lo que yo había aprendido de capas de ropa y materiales técnicos se fue por la borda. Tenía puesto TODO lo que llevaba y estaba muerto de frío. Lo que vendría a entender mucho después que hay ropa y hay ropa, en buen chileno, malgasté dinero en ropa técnica de promesas y no realidades. (me dan ganas de hacer un pasquín denostando algunas tiendas, pero debo aceptar que la compra de un ignorante es tan mala como la venta de un embaucador).
Me metí en la carpa buscando guarecerme de las ráfagas de viento y allí comencé a comer frenético, necesitaba calorías pues la naturaleza, veleidosa, me las robaba con cada arremetida de viento. Lo cierto, es que guardando la calma con ayuda de mi mente entrenada, decidí abordar con humildad el trance. Terminé de comer, ejercité mis músculos buscando generar calor y me metí en mi saco para -20°c. Resultó tan decepcionante como un comercial, pues mis pies estaban helados, mis manos también y la sensación que me inundaba es que me estaba congelando. La temperatura exterior marcaba -4°c, pero con el terrible viento, la sensación térmica, era claramente mucho menor, quizás unos -15°c. Según algunas tablas que he consultado es posible que haya sido peor, pero para el caso, pague con creces mi ignorancia.
Fue una noche terrible, las ráfagas de viento levantaban la carpa y amenazaban en cada segundo romper o llevarse la carpa, nuestra pequeña guarida. Mi compañero se quejaba de frío y yo por pudor no dije nada, pero me moría de frío. Frotaba mis pies y manos tratando de generar calor y si bien lo conseguía, no duraba más que unos segundos. Varias veces durante esta noche vientos terribles, pensé que la carpa se hacía trizas y quedábamos botados en la noche para ser candidatos de una hipotermia galopante. Fue heavy.
Cerca de las 5 de la mañana, hora acordada para iniciar el ascenso a La Leonera, me di cuenta que era un suicidio salir y simplemente ignoré el tema, tal como lo hicimos casi todos. Como siempre hay alguien mejor preparado que estaba en condiciones de asumir el desafío, pero en este caso, estuvo solo en el proceso (lo siento por el gran malayo y amigo Hernán).
Cerca de las 7:30 horas somó el sol, más bien se sintió su agradable calor y decidí interrumpir mi insomnio gélido y salir fuera de la carpa. me puse a caminar y de a poco a entusiasmar a los demás a que tomáramos un buen y caliente café. Con buen ánimo y grandes ojeras, fueron saliendo todos de sus carpas y poco a poco, la noche quedó atrás y pudimos desayunar y bromear acerca de la tormenta en la cual estuvimos metidos esa noche.
Alrededor de las 10:30 horas desarmamos campamento y decidimos alcanzar a nuestros compañeros malayos que ascenderían domingueramente el cerro El Pintor. Así que caminamos y llegamos a tiempo para disfrutar una dieta malaya en la cumbre de El Pintor como corresponde. Deliciosos alimentos gourmet y mejor onda, para cerrar un capítulo que mejoraba ostensiblemente con el paso de las horas.
Aprendí mucho de esto, enfrentados a la naturaleza no somos nada, ropa técnica mediante (siempre que sea verdaderamente de calidad) podemos soliviantar algunos aspectos, pero al final, solo compensamos y tratamos de adivinar lo que en la profundidad es propio de la naturaleza que nos rodea. Nuestra soberbia tiene demasiados límites ante el universo poderoso de la montaña.
Con profunda humildad, espero estar mejor preparado para la próxima vez. Aplicaré de verdad algo que me enseño una persona increíble, no existe el frío, solo la mala ropa.
Tres regiones : nuevo restorán peruano
Una casona antigua, de paredes blancas y mínima decoración, muy peruana toda y con un pequeño pero interesante patio, una terraza para los que gustamos esa sensación de estar al aire libre disfrutando algo rico.
Lenta atención, los chicos peruanos se toman su tiempo para aparecer, aunque tras un pequeño diálogo cuestionador, todo comienza a rodar. Mesas con mantel y buenas copas de cata, preludian una sesión interesante. La carta, muestra una gran variedad de platos, algunos claramente inscritos en la fusión peruana (con muchas otras culturas gastronómicas).
Tras superar el impasse inicial, pedimos unos platos llamativos, un arroz chaufa adobado en soya con camarones salteados y unos fettucini con camarones (deliciosa debilidad la nuestra) y salsa huancaina, acompañados de un delicioso carmenere cuvée de Misiones de Rengo, que hizo un contrapunto excelente con estos platos exquisitos.
El restorán promete, debe perfeccionar los ritmos de atención, la cocina está notable. Se suma positivamente al circuito gastronómico peruano de Santiasco.
Blue Jar : mi anexo de oficina
Debería ser regla de las oficinas modernas permitirse espacios en una interacción cosmopolita más completa, más disfrutable y por cierto, sensiblemente con mejor resultados.
Bienvenidos al Lado B de la post modernidad, trabaje y disfrute, no hay problema.
domingo, 23 de diciembre de 2007
Tour de museos : un acierto dominguero
Partí en metro hacia Quinta Normal, el primer destino el MAC. Una gran exposición que ocupaba gran parte de las salas del segundo piso. Provocadora muestra. En la sala 6a encontré una delicada metáfora visual, desechos industriales, zapatos rotos y nichos del cementerio, todo lo que se bota finalmente reunido. En la sala 6b, prepárense para una sorpresa auditiva.
Después, en la sala 10 me sorprendí con un video casero. Una cámara quieta filma continuamente, mientras un tipo sale de la casa desde donde se filma y deja un cuadro de pintura nuevo en un cerro de bolsas de basura en la calle. Luego regresa y la cámara espera. Pronto aparece el camión recolector de la basura y uno de los recogedores de basuras, lo descubre y comienza a admirarlo. Se baja el conductor del camión (normalmente es el jefe de la cuadrilla) y comienza a forcejear con el primero para quitarle el cuadro. Tirones, golpes y rompen el marco del cuadro. Contento con su conducta iconoclasta, se burla del trabajador que descubrió el arte. Finalmente, tras varias miradas y remiradas al cuadro, lo botan con el resto de la basura. ¿de tanto recoger basura, necesitan que todo sea basura?. Fuerte.
En la sala 11, algo divertido, una alfombra con calcetines cosidos los que fueron recolectados entre muchas personas y cada una de ellas eligió una canción que le gustase. La invitación es a bailar y mirar los calcetines mientras se escuchan cientos de canciones seleccionadas.
Salí rumbo al M100, donde siempre hay algo bueno. Esta vez, fui afortunado porque pude vivir completamente solo una experiencia aterradora. (Uuuh). La obra ¿Dónde Están? del famoso y talentoso Iván Navarro. Me pasan un diario de tapas negras con el mismo título de la obra y una linterna. Luego caminé por una plataforma que sube hasta la entrada de la sala, lugar en completo silencio y oscuridad salvo por unos fluorescentes rojos. La linterna, pensé, es para poder caminar en la plataforma que sigue ascendiendo bordeando un espacio central. Pero había una sorpresa, abajo un mar de letras, las que iluminadas por la linterna permitía encontrar nombres de asesinos, torturadores y esbirros de la dictadura militar. Cual sopa de letras, hay nombres en la horizontal, vertical y diagonales, todos y cada uno de ellos han sido procesados aunque la mayoría no condenados por la justicia. La atmósfera se vuelve compleja con el descubrimiento y comencé a sentir claustrofobia. Terrible, ahora no se pregunta por los detenidos desaparecidos sino por ellos, los que todavía caminan por Chile cargando en sus consciencias la maldad desatada.
Regresé al metro Quinta Normal y me percaté de una muestra de afiches de grandes películas, lo que fue un lindo contrapunto visual, ya que en la estación en que me bajé, Bellas Artes, había una muestra de fotografías de la Pequeña Gigante, recuerdan su paso por Chile. Maravillosa.
En el Bellas Artes, todavía está la muestra fotográfica de Robert Frank, no se la pierdan. En el primer piso dos nuevas exposiciones, la que me gustó mucho fue la de Ruperto Cadiz, gran imaginación, entretenido y provocador.
En el MAC del Forestal, Juan Gómez Quiroz juega con las deformaciones de las imagenes como si fueran los espejos de una feria de diversiones, muy notable la habilidad. En el zócalo, una muestra inquietante. Colgados de fierros con ganchos, cual carnicería o matadero, unas extrañas figuras de grueso cuero, asemejando vestidos o algo así, con delicados bordados y tatuajes. Una muestra de escultura y provocación del galés Dai Rees.
Última parada, visité el MAVI en el paseo Lastarria. Variada muestra con videos y pinturas. Sorprendente el cuadro titulado Mariella de Daniela Kovacic y una juguetona propuesta de Carlos Zúñiga con su Detenido en Apnea, en donde usando guías telefónicas y tinta china configuró un collage tremendo y si se tiene paciencia se puede sacar hoja por hoja en orden y llevarse el cuadro a casa. Hay miles de copias disponibles.
De regreso, observé que en El Biógrafo están dando la última película de Michael Moore, SickO. No se la pierdan, las semejanzas con Chile no son casuales.
Miles : "mails" servicio
Llegué sobre la hora anunciada de comienzo del show de Ana María Meza, un sitio bastante lleno con muchas parejas y pequeños grupos de amigos. Tras una espera superior a los 15 minutos, sin que se acercara ni se viera mozo alguno (aunque circulaba una gran cantidad de personas que parecían trabajar o pertenecer al lugar), me levanté y fui a pedir directo al bar mi trago jazzístico (un buen ron). No pude evitar reclamar por el mal servicio y la explicación fue doblemente triste, una chica se había accidentado y por lo tanto solo había un mozo para todo el local (además del barman), triste no, pero también triste que no tuviesen un plan B para atender el lugar.
Hace tiempo que no iba al Miles y la verdad que es un sitio bonito, bien ubicado, con buena amplificación e iluminación, pero en franco deterioro de su calidad de servicio. Que mal.
La voz dulce y bien formada de Ana María Meza y buenos músicos, salvaron la experiencia, ya que fue un delicado desfile estilístico de jazz tradicional y buen bossa nova.
Miles, tienen que mejorar.
viernes, 21 de diciembre de 2007
Bajofondo : totales!!
En menos de una hora, ya tenían a todos bailando, saltando y dando el mejor jugo electrónico. Un paseo por los temas más famosos de la banda, para llegar a una suerte de intermedio virtuoso. El gran Martin Ferres nos deleita con su maestría en el bandoneón. Luego van apareciendo otros instrumentos acústicos, hasta que se vuelve a conformar el grupo y el power nuevamente hace vibrar el teatro. Músicos virtuosos, la voz potente de Santaolalla incluso superpuesta sobre su propia voz en las bases electrónicas, rapeados y hasta intervenciones de mix y scratch del virtuoso Supervielle.
Dos horas de show y tres bis notables dieron por terminado el show y sin detenerse un segundo partió un carrete electrónico de miedo.
Extraordinario espectáculo, original, potente y bailable.
miércoles, 19 de diciembre de 2007
UVA en Ñuñork
Llegamos a Ñuñork pasadas las 20 horas y no pude ser más afortunado pues mis ojos solo vieron un local, un restoart llamado UVA (unión Vino & Arte), un concepto novedoso, una galería de arte que es asimismo un restobar con happy hour y todo.
Lindo lugar, de paredes blancas con hermosas pinturas de diversos autores en exposición. Un mobiliario moderno y cuidadosamente seleccionado en donde cada mesa tenía dos copas de cata bien puestas. Una invitación clara a disfrutar.
Buena música deep house y atento servicio. Revisamos la carta, para descubrir una amplia oferta de tragos, tablas para armar (interesante), vinos y comida.
La elección partió por definir un vino, queríamos un buen Pinot Noir que la carta ostentaba, pero no había Pinot Noir. Que mal........... Recuperado del impasse, llegamos a un acuerdo con el dueño, tenía unas botellas (fuera de carta) de unos ensamblajes de Pinot Noir y Carmenere (que raro no?) de Cavas Submarinas (Itata Valley), que decidí experimentar tras una importante rebaja en el precio (debía pagar el costo de ofrecer algo por lo que no tenía)
Armamos una tabla con ostiones en salsa de jenjibre, salmón ahumado y unos camarones rebozados en coco. Todo en concordancia con un esperado maridaje con este vino misterioso, que en una cubeta con agua y hielo hice enfríar.
El vino interesante, cierta complejidad de aromas y un inesperado final de suave carmenere. Había que enfriar más hasta llegar a unos 15 grados y ahí se puso especialmente sabroso.
La conversación fluyó rauda, realidad o percepción, poesía o palabras que emocionan, en fin, muchos temas interesantes, una puesta al día de experiencias y demasiadas cavilaciones.
Sabroso lugar, recomendable a pesar de sus desaciertos de aprovisionamiento.
Puerto Fuy : otra deliciosa opción
Armado en una amplia casa del sector, este lugar se distingue claramente por su cocina, pues la decoración es profundamente minimalista.
La primera sorpresa es que cada pausa gastronómica se acompaña con un bouquet de degustación. En buen chileno, un bocado de algo sorprendente que no sabes que es hasta que lo comes. Lo dejo a la imaginación ya que es una nota de distinción del local.
Partimos con un pulpo glaceado en salsa de anguila sobre una papa rosti con panceta y coulis de tomate emulsionado en aceite de oliva, divino. Rica textura, adecuada temperatura y un sabor agridulce extraordinario. Pausa.
Aunque el maridaje de vinos no es el fuerte del lugar, el ensamblaje de cabernet sauvignon-syrah, no estaba nada mal, seguimos con un Mero con alcachofas barigoule y coulis de tomates (un cuadrante de pasta de aceitunas que encierra un batido de tomates) en un plato que parece una pintura de Joan Miró. El desplante visual se agradece, ya que el goce es multisensorial.
El postre, magnífico, en un plato gigante se conjugan sabores de helados, mouses, chocolates y mermeladas. Gran trabajo del chef
Luego, solo queda tomar un buen café y saborear un cigarrillo (zona de fumadores pueh!)
Gran lugar, merece ser conocido.
Xampanyet : celebrándonos
En las cercanías de la estación del metro Salvador se encuentra este viejo local de happy hour, con una carta de tablas, sandwiches y sushis para acompañar una extraordinaria lista de tragos. Debe ser una de las cartas de tragos más completas de Santiasco, diversa, impresionante y sobretodo seductora.
El lugar no es muy grande pero tiene personalidad. De hecho, hay que tocar el timbre y esperar que te abran. Para un día tan caluroso, era obvio que adentro habría calor, aunque con una buena motivación, eso es un dato.
Considerando la diversidad de tragos disponibles y el acompañamiento de sushis y empanadas japonesas de camarones y cerdo, la verdad que el cuerpo vaciló firme en el placer. Cada cual eligió su alcohol preferido y el resto fue hacer variantes creativas alrededor. La música ochentera y el humo de los cigarrillos completaron la atmósfera de una celebración sinigual.
Antes de las 21 horas el local estaba lleno, lo cual habla de su potencia convocadora. El resto, es la buena onda de todos quienes, tras la agotadora jornada laboral, llegan a sentir y disfrutar la vida como corresponde.
domingo, 16 de diciembre de 2007
Cerro La Leonera : dicen que es fácil
Me levanté a las 6 de la madrugada del sábado ya que a las 7 me pasarían a buscar. Como era una novedad en mis carretes, asumí casi todos los consejos de mis amigos más experimentados, aunque con las limitaciones de mi escaso equipamiento y algunos prejuicios personales (como por ejemplo, nunca tanto frío). Cargué alimentación adecuada para el esfuerzo, ropa, utensilios y buena onda (era un viaje a lo desconocido).
Con cuatro participantes en la camioneta, nos dirigimos hacia los centros invernales de Santiago (Farellones, La Parva, etc.) y subimos en la 4x4 hasta el último andarivel, en donde estacionamos. Un día que prometía bastante calor. Tras unos minutos de espera, se juntó un grupo de 15 montañistas, la mayoría de los cuales pertenecientes al Club de Los Malayos (ya les conté sobre ellos).
Tras los saludos de rigor, cargamos en los hombros nuestras mochilas. La mía pesaba más de 20 kilos, mucho más que cualquiera de mis otros paseos. Pero bueno, siempre hay una primera vez, sobretodo si llevaba una carpa y suficiente agua para cubrir mis necesidades de hidratación que son bastante más que las del resto (la hiperhidrosis me pasa la cuenta).
La caminata hacia Cancha Carrera fue fulminante para mi cuerpo, aunque hicimos un tiempo impecable a pesar del ardiente sol que nos acompaño. En el punto en que confluyen las rutas hacia el Cerro El Pintor y al Cerro La Leonera, nos detuvimos a almorzar pasadas las 14 horas. Estuvo exquisito, incluso con un temblor bastante fuerte que se hizo sentir mientras estábamos en el lugar.
Seguimos hacia el lugar en donde haríamos campamento a 4.200 metros de altitud. Allí empezó a flaquear la fortaleza física pues el dolor de cabeza mío y de varios compañeros se hizo notar. La puna comenzó su trabajo.
Armamos campamento y nos dispusimos a preparar una temprana y potente cena. Contra todas mis definiciones personales, cenamos antes de las 19 horas y con un sol a todo dar. Como sea, cerca de las 20 horas, casi me averguenzo de comentarlo, me metí a mi carpa y me dispuse a dormir.
Falso, no dormí nada. Cometí un gran error y dejé los sacos de dormir con la cabeza más abajo que los piés (terreno de cerro no?) y luché toda la noche con el frío (tenía puestos 3 camisetas, un polar, un gorro de lana y dobles calcetas en los piés, además de los pantalones y mi saco para -12 °c) y el ahogo (la sangre se iba a mi cabeza y como hay poco oxígeno, lo tomaba todo y mis pulmones reclamaban con la sensación de ahogo). A alguna hora de la madrugada, me di cuenta de ello y con el implícito permiso de mi cordada (mi compañero de ascensión), di vuelta mi saco y creo que dormí diez minutos, ya que a las 4 de la madrugada sonó mi despertador. Bueno, la inexperiencia se paga, así que me puse un cortavientos, mis botas de montaña y salí de la carpa al espectáculo de una noche estrellada maravillosa (¡ en Santiasco!). Fue divertido ver mi mochila congelada en las afueras de la carpa. Armamos un desayuno potente con nuestras linternas de cabeza (sin ellas no se ve nada) y pasadas las 5 de la madrugada salimos rumbo a La Leonera. En el proceso quedaron algunos apunados en el campamento y el resto, le dimos con todo hacia las alturas.
Tras más de 3 horas de incesante ritmo, llegamos a la cumbre de La Leonera, increíble. Subí con mis dedos de manos y piés congelados, que desagradable sensación, pero no podía hacer nada excepto usar mi mente para obligarlos a moverse. La verdad es que casi no me di cuenta que había llegado a la cima, hasta que comencé a recibir abrazos de felicitaciones. Que lindo, cada logro en la montaña se celebra como si fuera único, me emocioné con la simpleza del gesto y la profundidad de los significados. Cada cual llega por su propio esfuerzo, no hay otra forma. Me tomaron algunas fotos que espero recuperar para recordar la emoción de ese momento. Es increíble el espectáculo de las grandes montañas observadas desde la altura. Hasta se veía el Aconcagüa.
Tras unos 20 minutos en la cumbre, el sol estaba muy fuerte y además comenzó a llegar una delegación de montañistas de la UC, no cabían todos así es que comenzamos el descenso.
Retornados al campamento, me volvió el dolor de cabeza (raro, pero solo me ocurrió en ese lugar), así que con un remedio personal basado exceso de hidratación y alimentación finalmente solucioné el problema. De paso, recuperé la sensación de tener dedos en manos y piés.
Decidí preparar el regreso, desarmando carpa y ordenando mochila y apenas terminaba, cuando una nueva sorpresa apareció, se puso a nevar!!!!.
Bajamos en medio de una increíble nevazón, hasta encontrarnos con una delegación de Los Malayos que habían subido El Pintor y nos esperaban con una dieta Malaya, agua mineral, café de grano y turrón uruguayo. ¿quién desea más?. Me encantan Los Malayos.
Continuamos el descenso y aproveché un largo tramo para hacer surfing en rocas, es decir, deslizarme por una ladera de acarreo como si surfeara, es increíble, aunque anoto dos caídas divertidas y una con resultado de una herida en mi rodilla derecha. Además de mi cara quemada a pesar del bloqueador solar.
Gran fin de semana, mi primer 5.000 (aunque realmente es un poco menos) y una experiencia deliciosa de compañerismo, naturaleza y buena onda. Salvo por el hecho que me duele todo, no fue tan difícil....... ufff
Dominó : rápido y sabroso
Cerca de las 14 horas, con un hambre galopante, invité a un partner para ir al Dominó. Al local original, en Agustinas casi al llegar a Ahumada.
Conocedores de los códigos, apenas conseguimos un pequeño espacio en uno de los mesones, la solicitud no se hizo esperar, dos Italia Tomate Abajo y jugos naturales. Devoramos los deliciosos y pecadores manjares, cruzamos miradas y obviamente, pedimos repetición.
El Dominó es un lugar magnífico de comida rápida, cocina a la vista, muy higiénico, rápido, muy buen servicio y sobretodo, estándares de calidad que permanecen.
Bravo, existe comida rápida rica y casi sana en Santiasco.
martes, 11 de diciembre de 2007
Blue Jar : deliciosa opción
Partimos con una colorida sopa fría libanesa de langostinos, yogurth, tomate y pepinos. Muy equilibrada y sabrosa. Buena preparación para el paladar. Enseguida, una atención muy rapida (que se agradece), llegó una bruschetta grillada con habas (peladas y partidas por supuesto), hojas de menta, una buena ricotta y prosciutto crocante, magnífico el juego de sabores. Finalmente, el plato mayor, un pescado ricamente marinado a la plancha sobre una salsa de pomposo nombre que llevaba verduras y especias exquisitas. Con tanta efervescencia de sabores, solamente quedaba probar que vendría de postre y resultó ser una copa con trozos de mango, piña y naranjas, finamente combinados y alguna semillas que matizaban el amarillo fulgor de tan rico postre.
Como es obvio, una copa de vino acompañó el deleite y un cierre de buen café, para este almuerzo céntrico.
Completamente repetible, volveré!!!!
domingo, 9 de diciembre de 2007
Palmas de Ocoa : gran paseo dominguero
A menos de 100 Km de Santiago, en la Cordillera de la Costa, se encuentra este Parque verdaderamente precioso. Palmas centenarias, peumos y muchos arbustos, dan marco vegetal a senderos de muy fácil tránsito y el hermoso Cerro La Campana proporcionó un fondo ideal.
En menos de dos horas ya estabamos, con nuestras linternas, recorriendo una vieja mina de cuarzo. Extraordinaria sensación, afuera un calor tremendo y adentro, húmedo y frío y en la más completa oscuridad. Al respirar salía vapor y en poco rato ya teníamos los bolsillos llenos de piedras. Claramente ibamos a descender con más peso que cuando subimos. Que simpático.
Una vez que llegó todo el grupo, iniciamos un descenso para enrutarnos hacia otro sector en donde hay una cascada sensacional. Ese sería el paisaje que tendríamos enfrente del mirador en donde almorzaríamos.
Comenzó el desfile gourmet, aceitunas rellenas de pimiento, pasta de salmón, queso azul, paté de emú, en fin, exquisito. Solo faltó el vino que torpemente olvidé llevar. No volverá a ocurrir, se necesitaba un rico vino para tantos manjares. Después de los postres, ciruelas, turrón uruguayo y frutas, tomamos un buen café de grano y descansamos.
Tras las fotos de rigor, comenzamos a regresar. Pasadas las 16:30 horas, ya estabamos en el estacionamiento, para despedirnos y volver a Santiasco.
Gran paseo!!!!
sábado, 8 de diciembre de 2007
Jindabyne : una película inquietante
Esta película explora las culpas, las implicancias emocionales y las respuestas sociales a un fenómeno como ese.
En este caso, los comensales deciden que el cadáver está lo suficientemente muerto como para hacer algo. Así anuncian el tema despúes de tiempo y deben enfrentarse a la indignación del pueblo y sobretodo de sus familiares directos.
Es una película compleja en códigos, pero al final digerible, ya que exacerba los conflictos naturales de toda pareja y comunidad de amigos y especialmente de aquellas que acumulan temas no conversados.
Parece inconclusa, pero esta película se resuelve en nuestro interior, jugando con nuestro ethos y nuestra capacidad de amar.
Melissa : jazz y belleza
Deliciosa, en las tres salidas de este noche, lo hizo magnífico. No hay problema, bien acompañada por un virtuoso Alvaro Zavala en gitarra, un Contrabajo de campeonato y una estupenda batería.
Buen jazz, buena ejecución y sobretodo buena onda. Temas clásicos y otros de Zavala, hicieron la noche muy disfrutable, para la gran cantidad de público que llegamos al club El Perseguidor.
El jazz sigue teniendo opciones, mientras existan intérpretes tan potentes
La vida de los otros : gran emoción
Lo interesante de esta película es que un duro funcionario de la Stasi de la RDA viaja progresiva e involuntariamente por el camino de su redención, ya que mientras vigila y elucubra acerca de las actividades subversivas de un escritor y su pareja actriz, se humaniza, llora y toma contacto con su capacidad de emocionar. Todo eso es determinante para llegar al final
Quién es bueno o malo?, a veces solo representamos un papel en la comedia de la realidad.
No quiero contar la película, pero quiero recomendarla mucho, me llegó, me violentó, me hizo llorar y eso es mucho.
jueves, 6 de diciembre de 2007
Zanzíbar : diversidad y belleza
Llegamos cerca de los 20 horas y nos instalamos en la terraza, un poco pequeña, pero muy bien armada bajo una carpa preciosa. La carta fue una sorpresa, 18 países representados en platos divinos, delicada selección y presentación. La carta de tragos, toda una sorpresa, pocas veces encuentro una selección tan variada de ron, coñac y champañas además de una fina selección de vinos, pese a la rigurosa multiplicación por 2 de los precios de mercado. Estupenda oferta.
Como no había apetito de cena, las selecciones para picar fueron la tentación y resultó un acierto. Una triada de sabores en cada una de las dos selecciones disponibles. Las delicias del oriente fueron mis preferidas, hummus marroquí, pasta de berengenas (babaganush sirio), unos cortes de pepinos con una salsa al yoghurt y menta extraordinaria. Sabores por doquier, todos acompañables con pan pita. La otra triada tenía pinchos de ave y carnes adobadas con elegancia, unas ricas empanaditas y salsas. Más estándar, pero igualmente exquisito.
Zanzíbar, un lugar que hay que conocer y gozar.
MIM : una inesperada experiencia
Siempre quise conocer este lugar y su lejanía lo había desplazado en mis prioridades. Pero llegar al lugar y sentirme encantado como niño, fue instantáneo. Me di maña para disfrutar la representación 3D de la evolución (un documental magnífico y entretenido) y luego recorrer uno a uno los pabellones con muestras prácticas del saber humano, de la ciencia y de las sorprendentes cualidades de los fenómenos de la naturaleza. Extraordinario fue jugar con burbujas de aire en una solución de silicona, experimentar y marearme con el centro de masas y la conservación del momentum, tocar por largo rato un piano, jugar con la electricidad y el magnetismo, divertirme por media hora con las imagenes recortadas por un muestreo estroboscópico, deformarme en espejos diversos e incluso acostarme en una cama de clavos. Gran experiencia, apropiada para cualquier edad mientras la mente siga siendo capaz de admirarse y disfrutar los pequeños detalles que a menudo pasan desapercibidos en esta loca y vertiginosa vida "moderna".
Recomiendo con todo mi corazón de niño sorprendido visitar el MIM, no se arrepentirán.
martes, 4 de diciembre de 2007
Baco : vino y bistró
El detalle de una temprana botella de agua helada marcando el comienzo del deleite, nos anima a preparar nuestras bocas para lo mejor. Unos aperitivos sabrosamente conversados y de ahí a los platos de fondo. Un buen día para carnes a la francesa, un filete a la pimienta abundante con un precioso pastel de papas a la crema y para mí, un medallón de filete a las finas hierbas (el plato de la casa y cuya salsa es secreto de estado) acompañado con unas impresionantes papas francesas. El vino, infaltable, clamaba desde la carta, un ejemplar de mixturas tintas y origen orgánico, Coyam del 2004, preciso y complejo, a pesar de no ser un vino de campeonato. Para los postres, celestinos y crema de chocolate.
Platos de tamaño adecuado, buen servicio (aunque les deben enseñar a las chicas como servir bien un vino) y un precio muy razonable.
Baco, sigue siendo un buen lugar para disfrutar un grato momento.
lunes, 3 de diciembre de 2007
Bert Hellinger : constelaciones familiares
Puesto en sencillo, muchos problemas de algún miembro de una familia, se pueden explicar por el devenir de otros miembros de la familia (a veces desconocidos, incluso muertos). Si se hace justicia con el antepasado por ejemplo, se resuelven los conflictos del resto. Hay una suerte de memoria o consciencia del grupo (algo así como los campos morfogenéticos de Shelfrake) que explica ese algo que forma parte de una familia involucrando a todos los antepasados y a todos los descendientes. Una enfermedad puede ser una forma de expiar un problema de otro, así aparecen dinámicas curiosas, tales como "te sigo a la muerte, a la enfermedad o a tu destino", o bien, "prefiero morir yo antes que tú" o "prefiero marcharme yo antes que tú".
El método de Hellinger, consiste en poner a todos los miembros de la familia en correspondencia física usando a terceras personas que "aceptan el papel" (no saben nada de nada, pero se constituyen en los canales). Una vez que se consigue el equilibrio del grupo (ahí comienza la magia), la constelación entera se corrige, independientemente donde estén los miembros verdaderos de la familia. Increíble no?
Se restablece el orden a partir de la reconciliación y la justicia interna del grupo y se compensa misteriosamente el sistema. Una sentencia poderosa de Hellinger es "quién actúa en concordancia, aunque vaya en contra de lo que otros digan, tiene la seguridad de ser bueno y realizar su condición de ser humano". O esta otra, "el desarrollo del ser humano va siempre de la mano de la culpa". Finalmente me quedo con ésta "la familia causa enfermedades, no porque las personas sean malas, sino porque en la familia actúan destinos que implican, afectan e influyen en todos".
Un par de películas disfrutables
Ratatouille, aunque suene muy loco, la encontré una película de una ternura increíble. Más allá de los personajes creados por computadora y las animaciones 3D, casi no puedo creer la maravilla que destila esa pequeña rata con un sueño de ser chef. Me la juego por la metáfora universal acerca de la capacidad real de hacer lo que queramos ser, siempre que amemos profundamente lo que hacemos. El talento está disponible en cada ser, incluso aquellos seres que imaginamos impensantes, hay una voluntad de ser en un flor de aromas y belleza especial, en cada ser vivo bulle una voluntad y puede ser un aporte al universo. Más allá de la ficción de la entretenida historia, hay mensajes potentes y notables. Definitivamente, esta película la rescato para mis favoritas. Divertida, soñadora, tierna y demasiado humana (en fin, lo bueno que quede en la humanidad), me encantó.
Ah!, seguro que los niños, la comprenden mejor que los adultos.
domingo, 2 de diciembre de 2007
Richard Bona & band
Una sesión deliciosa, llena de magia y sonidos. Bona tiene una voz que es un prodigioso instrumento, me provoca recuerdos de sus dúos con Bobby Mc Ferrin, maravillosos. En esta santiaguina ocasión, sabe encantar al público, hace vibrar a todos con percusionados ritmos que en el extremo se asemejan a cumbias, sin olvidar mantener la distancia, para que se deleite su arte.
El colombiano percusionista nos da una sesión exquisita de ritmos, mientras Bona recupera su voz, muy sincronizado interludio, ya aparece otra vez y nos maravilla con su show.
Dos horas de exquisita música, con la simpatía y talento de Richard Bona.
La fuente de la vida :gran película
El director juega con arquetipos, juega con nuestra capacidad de sentir y me gusta. La búsqueda de la vida eterna, al menos, de la sobrevida de quien amas y que sufre una enfermedad incurable. La pélícula acude a varios planos, el presente formado por un médico-investigador y su mujer enferma, el viajero cósmico atrapando verdades trascendentes y el conquistador español. Bonito contrapunto, vertiginosos sentimientos, es una provocación que me saca lagrimas y sin embargo, me hace pensar en los límites del ser humano. Finalmente, ella muere, a pesar de sus esfuerzos, no puede hacer nada al respecto. Un gran golpe al ego.
Una gran película, nos muestra lo mejor del ser humano y nos provoca acerca de los límites de la vida.
sábado, 1 de diciembre de 2007
El Corazón del Hombre : Erich Fromm
Este es un libro que incursiona en la potencia del ser humano para el bien o el mal, acerca de la orientación hacia amar la vida (biofilia) o la muerte (necrofilia) y finalmente, si el ser humano es lobo o cordero.
Hace más de una semana que concluí el libro, pero no me atrevía a resumir la experiencia. Es perturbador saber que tenemos capacidad infinita en ambas direcciones, bondad o maldad. Lo que es bueno en cierto grado, si se exagera, puede ser malo y viceversa.
Así el narcisismo en cierto nivel es indispensable para sobrevivir, pero llevado a otro extremo puede convertirte en un monstruo incapaz de ver el mundo sino solo en las construcciones internas e irreales de tu mente enferma. Existe una capacidad innata en el ser humano de destruir y de practicar la violencia y todo ello pone en cuestionamiento la verdadera naturaleza del hombre, del ser humano.
Bajo cuales circunstancias amamos la vida y cuando estamos dispuestos a destruirla si es nuestra mejor opción?
En todo caso, celebro que alguien que puede escribir acerca de nuestra capacidad de amar (El Arte de Amar) puede adentrarse en los laberintos oscuros de nuestra alma para descubrir que en nosotros, vive todo, lo bueno y lo malo y al final, es solo un asunto de niveles y matices.
Filete perturbador!!