En el corazón de Providencia, en esas callecitas con casas de arquitectura fantástica cerca de Manuel Montt, se encuentra este precioso y exquisito lugar.
La casona de tres pisos que ocupa es definitivamente un tesoro del diseño, con maderas nobles, espacios encantadores y un notorio esfuerzo de ambientación, con muebles antiguos y de diseño en los costados, lindas pinturas en las blancas paredes, un piso de madera impecable, música francesa deliciosa y un servicio de primera.
Por la hora de la visita y el tiempo disponible, solo accedimos a consumos compartibles, aunque la carta daba cuenta de una variedad interesante de opciones para una cena de mantel largo. Claramente eso será en otra ocasión.
El pisco sour con albahaca un poco excedido en acidez y el con almendras bastante bueno, casi un amaretto sour. El quiche lorraine maravilloso y la tabla Dalou un acierto, sobretodo por el ensamblaje de Tres Palacios 2007 que vino de maravillas.
Este lugar dará que hablar, está buenísimo.
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