Hace meses que había comprado mis entradas a este prometedor concierto, pero jamás imaginé que habrían más de 45.000 fanáticos en el mismo lugar.
Saber que hubo gente desde el día anterior haciendo fila para conseguir una buena ubicación, me eriza los vellos. Nosotros llegamos solo 15 minutos antes, confiando que elegir la zona VIP te genera algunas ventajas. Sin embargo, igual tuvimos que hacer una fila interminable que afortunadamente comenzó a moverse vertiginosamente (imagino que dejaron de revisar a la gente, maldita costumbre de este país que además de molestar crea un basural de botellas y otras cosas en la entrada del recinto).
Llegamos a la cancha VIP y la música electrónica de relleno estaba de maravillas, el sonido ajustado profesionalmente para que fuera preciso y disfrutable. Mucha, pero mucha gente.
Con apenas 5 minutos de atraso, se inicia el show. El apoyo de una pantalla de fondo en el escenario de increíbles efectos, comenzó a animar la entrada del carismático grupo con Dave Gahan a la cabeza y secundado por el talentoso Martin Gore, el batero impresionante y los dos tecladistas de campeonato que completan el grupo.
Partieron con temas del último disco, que ya se lo sabían algunos fanáticos, me sorprendieron y luego se fueron a lo seguro, aquellos temas que todos conocíamos y que el Club Hípico entero coreó increíblemente. Fue muy especial cuando Martin Gore, con su linda voz, hace un par de temas que dejaron locos a todos. Sin el carisma de Gahan, Gore derrocha talento y eso gusta.
Que mal lugar es el Club Hípico, salvo por la cancha VIP y los extremos cercanos al escenario de las tribunas, estoy seguro que la gran mayoría debió ver el show en una pantalla. Mal por eso!!
Con mi compañera de krrtrekking lo bailamos y disfrutamos todo y coincidimos en que todos a nuestro alrededor estaban encantados con el genial espectáculo. Gran filete!!!
Después del bis, tres temas hermosos y conocidos para asegurar una despedida top de un concierto excepcional.
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