Representar selecciones de la clásica ópera de Rossini en solo una hora y con un público en donde abundan ruidosos escolares, es un gran desafío para el elenco del Teatro Municipal.
Con el auxilio de un gracioso narrador y el apoyo musical de un inspirado pianista (el gran Jorge Hevia), se logra conectar al público en la comedia y hacerles cómplices.
En resumido despliegue, el reparto de cantantes muestra no solamente que cantan de maravilla sino que poseen histriónicos dotes de comediantes que provocan graciosamente al público y sobretodo a los más pequeños que ríen a destajo y que, no me cabe duda, muchos se convertirán en adictos de las óperas. Realmente un trabajo notable del equipo del teatro.
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