Una nueva cita en el Teatro Municipal para un filete que se preveía magnífico. Los bailarines estrella del Ballet del Teatro Municipal, Marcela Goicochea y Luis Ortigoza encontraron un marco prodigioso para mostrar su arte incomparable, la energía que hay entre ellos destila perfección y armonía.
Marcela hace una Carmen deliciosa, una mujer transformada en la sensualidad manifiesta y perfecta, supera todo lo que he visto de ella. Un montaje preciso, lleno de magia y habilidad. Dos actos y seis escenas magníficamente logradas, sin errores y sobretodo con una continuidad que te mantienen enganchado en las emociones certeras de las pasiones humanas.
Una historia simple, una música perfecta (Bizet), para mostrar que cuando hay pasión entre dos seres humanos, todo es posible, se transgreden los límites, se deshacen los pudores y aún así, todo ello es amor y erotismo.
Una lectura fría de este increíble ballet es la osadía de una representación carnal de la mujer conquistadora, la seductora sempiterna que no conoce límites y maneja a los hombres a su antojo, solo para encontrar la muerte en manos de unos de sus amantes. Una verdadera osadía para una obra del siglo 19.
Maravilloso ballet, un refrescante viaje a los sentidos.
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