Un viaje de placer que se justifique laboralmente hace bien al cuerpo y al espíritu. Tuve la suerte de tener que salir un domingo por la tarde y volver un martes por la noche de la maravillosa ciudad de Buenos Aires. El conquistador español Pedro de Mendoza la fundó como Santa María del Buen Aire en 1536, sin saber como llegaría a ser mi mejor carrete por los últimos 20 años.
Vertiginoso, taxi al aeropuerto, avión, Eseiza, Hotel NH Joustel en Avenida Corrientes y un primer filete, La Caballeriza en Puerto Madero, comer carnes, ensaladas y un buen Malbec, fue una gran bienvenida al puerto fluvial. Luego de dormir, un día cargado a la conferencia sobre tecnologías bancarias, para dar paso a visitas caminadas a la avenida Santa Fé, chequeos en Avenida Callao y escarceos en Avenida Corrientes. Cómo me gusta Buenos Aires!!!
En la noche, cena con sesión de jazz en Clásica y Moderna, una librería y Club de Jazz, para escuchar a un fantástico trío, Sagastizábal, Gorostiza y Vatenberg, con batería y guitarras electroacústicas sincronizadas de manera perfecta. Una cena a la italiana con buen vino para gozar musicalmente como se merece esta ciudad.
Un día martes esplendoroso para disfrutar con desayuno en el hotel, caminata por los barrios cercanos a La Recoleta, para visitar una librería de pasado esplendoroso como teatro, El Ateneo, que lindo lugar!!. Un sitio más para buscar los libros que me encargó un ángel y que no pude resistir esforzarme por atender.
Almuerzo en lugar simple de Avenida Corrientes, tras un paso por las disquerías fantásticas del lugar que servirían para nutrir abundantemente mi discoteca personal. Una milanesa de ternera (que bien la preparan!!), cerveza y otros acompañamientos hacen exquisito el momento.
Tan rapido como llegamos, debemos abandonar Buenos Aires, con la promesa permanente, volveré, volveré!!!!
Buenos Aires, mi paseo filete.
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