La delicia del jazz improvisado no tiene parangón en la música. Esta noche me encontré con un maestro de la improvisación (Martin Joseph enseña eso a sus alumnos) y con uno de sus alumnos preferidos, Edén Carrasco, y por supuesto con el mejor desempeño posible de conseguir
Piano y Saxo, dos instrumentos maravillosos, ideales para sorprender y hacer increíble el momento.
Celulares en off, y comienza la maravilla. Un fluir de sonidos y posibilidades de cada instrumento, golpear con aire la boquilla del saxo, pulsar las cuerdas al interior del piano son opciones deliciosas, que impactan y hacen increible la creación musical.
Hasta donde es improvisación?, cuando comienza el control del creador?. No lo sé, soy solo un espectador gozoso.
Bien por el jazz chileno, bien por el disfrute!!!!
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