Levantarse un domingo a las 6:45 horas es un gran desafío para mí, pero no me iba a perder la oportunidad de ir a un trekking con los malayos (http://www.malayos.cl/), varios de los cuales conocí en el paseo a los glaciares de El Morado la pasada semana.
A las 8:00 ya estabamos en el Parque Mahuida en La Reina, un clima algo fresco, pero que a todo evento, se convertiría en un infierno caluroso. La gran mayoría llegó en la banda de tiempo definida (se espera solo 10 minutos) y un llamado desesperado de alguien nos aguantó en una espera de 5 minutos adicionales.
Comenzamos el ascenso rápidamente, mientras el sol se asomaba en la cima de los cerros. Si todo iba bien, podríamos evitar que nos diera en la cara. Sin embargo, fue una subida comepiernas muy dura y ya transcurrida una hora de trepar la pendiente, me estaba doliendo una rodilla (ahi descubrí una vez más que los años no pasan en vano). Como sea, llegamos al destino en unas dos horas y poco a poco fueron llegando casi todos los integrantes (salvo un par de deserciones).
Ya instalados (algunos) a la sombra del único árbol del lugar (el resto son solo arbustos) comenzó la mejor parte del paseo. La faceta oculta y deliciosa de los malayos es que son buenos gourmets, unos sibaritas con mochila!!!!!!.
Comenzaron a aparecer aceitunas al ajo, turrones de leche, crujientes de pan atomatados y un sinnúmero de delicias. Lo que puso la nota alta, fue cuando una chica sacó unas frutillas enormes y heladitas más un pote de crema, con lo cual tuvimos un postre delicioso. La misma crema sirvió para que algunos probaran un capuchino, ya que también había café, y del bueno.
Impresionante, con un estímulo así de potente a mis sentidos, no quiero hacer otra cosa que no sea , salir con los malayos. Me encargaré de llevar algo delicioso en el próximo paseo, para aportar al disfrute
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